SEGUIMOS DANDO VERGÜENZA

¡Pero si es que no me  dejan otro camino!. Llevo años, muchos años en los que  no me  dan ni la mínima oportunidad para hacer un comentario que pueda alabar, o dar bombo y platillo a una sola labor que este equipo de gobierno haya hecho, a favor de los ciudadanos. Y no es,  eso no es lo peor, lo malo es que algunos lectores del blog  pueden llegar a pensar que tengo fobia a los concejales y a sus partidos políticos, y no es así, porque estoy convencido que ellos cumplen con la sociedad la función que democráticamente les encomendamos, pero… sin lugar a dudas también las Rémoras cumplen su cometido biológico con los tiburones. Les admiro. Me fascinan. Me impresionan porque ponen toda su carne en el asador para darle permanentemente al pueblo el pan y el circo que este necesita, y eso no es fácil, es necesario tener mucha experiencia y un montón de amigos, por supuesto, cuanto más interesados mejor.

No tengo palabras, no encuentro letras. Estoy, acojonado. Ha sido increíble y  espectacular ver desde mi privilegiado lugar de observación, como la alcaldesa y su lugarteniente se gastan la “viruta” del pueblo, y así de esta forma sencilla, elegante y dicharachera, finalizan el verano justo a tiempo cuando los ciudadanos comenzamos a estar hasta  los cataplines de fiesta tras fiesta Parece como si en vez de políticos hubiésemos  votado a animadores de saraos.

Pero no todo es juerga lo que reluce. No cabe duda que la folixa hay que saber beberla, y algunos al día siguiente y en plena resaca, comenzamos a analizar las “posibles prevaricaciones” que entre botella y botella, -junto con la nostalgia de ese pasado marinero perdido, que siempre trasmite nuestro querido Pipo- hemos dejado de lado entre  las cenizas de un pasado conservero, que hoy utilizamos para eventos como “Enredándonos en Candas,” u otras actividades que en la mayoría de los casos nada tienen que ver con la mar.

Es imposible pasar por alto el brindis sidrero que como fin de fiesta nos obsequia nuestra alcaldesa, que dicho sea de paso, y sin ánimo de ofender, un poco ordinaria ella, pero, con una profusa anatomía ganada a pulso con su  intenso trabajo de ir y venir para no perderse este verano todos los saraos que se hayan celebrado, y si no los había, pues los organizamos, ejemplo: “1 festival de la mar Enrédate en Candas.”  Aunque reconozco que veinte mil euracos no dan para mucho, pero para eso están los posibles  amigos/as para echarnos una mano aunque posiblemente sea bordeando la Ley.

En el video se nota que es feliz, no es para menos, pues sobre su cabeza brilla en un segundo plano el aurea de la manzana mayada en los vergeles de Albandi, y que al final nos ofrece a todos los ciudadanos -va por ustedes- henchida de orgullo y naturalidad. Se le nota deslumbradora y radiante al sentirse observada y lisonjeada por ese habitual coro de valores éticos, esos de los que yo en cuanto pude escapé a toda pastilla, teniendo la firme convicción, que era mejor darme un baño en pelotas en las limpias y cristalinas aguas de la  Pregona antes que caer enredado, en sus redes.

Hay otro video. Hablar de el sería dar importancia a algo que no la tiene. Echo en falta alguno más, pero tampoco perdemos nada. Basta con que un tonto/a haga un ciento.

Trasgu enfadau (antes Enrique González)