El bar de la lonja de Candás será explotado por una empresa de Luanco. ¡Toma ya!.

Reconozco humildemente que los aires candasinos me han vuelto tonta de remate porque yo ya no entiendo nada.
Al final se lleva el gato al agua los hosteleros de Luanco. Pues qué bien.
Los hosteleros de Candás deben pensar que son muy listos pero, no lo demuestran. Porque no saben ver negocio donde otros sí lo ven. ¿O quizás es que ellos quieren seguir ganando cantidades imposibles y otros se conforman con menos, demostrándonos así que son mucho más profesionales?.
Lo que no me cuadra es que tenga que ser la Cofradía quien acondicione el local, empleando para ello una cantidad importante. Creo recordar que al principio se habló de que quien cogiera ese local debería de desembolsar en torno a los 300.000 euros para acondicionarlo.
En fin, que si al final los hosteleros de Luanco lo hacen mejor que los de Candás… ¡bienvenidos sean!.

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La adjudicación se completó tras someterla a cuatro concursos públicos sucesivos.
La Cofradía de Pescadores Nuestra Señora del Rosario, de Candás, contrató la explotación del bar-restaurante de la lonja a la firma luanquina Alba, que presentó oferta con otras dos de Oviedo y Llanes. Las condiciones de contratación estarán sujetas a las que figuran en el pliego, con una duración máxima de 25 años, revisables anualmente. El alquiler mensual que se abonará a la cofradía será de 1.800 euros, cifra que se podrá ver incrementada de acuerdo al IPC anual.
Con este acuerdo, la cofradía candasina consigue finalmente arrendar el local tras un año de gestión. Para ello fueron necesarias cuatro convocatorias y algunas correcciones de las bases para su adjudicación. La primera medida que se tuvo que adoptar fue la ampliación del periodo del contrato máximo, pasando a ser de 16 a 25 años. Otra modificación fue la necesidad de que el acondicionamiento del local corriera a cargo de la cofradía. Durante este periodo fueron planteadas algunas alternativas, ante las reiteradas convocatorias sin conseguir el arrendamiento. Entre estas alternativas figuró la planteada desde un colectivo de empresarios de bares de copas locales. Este grupo empresarial propuso destinar la instalación a una discoteca. La iniciativa fue rechazada por la cofradía por no ajustarse a los criterios para los que fue diseñado el local.