Pevidal, ¿hijos de ningún Dios?

Dieciséis años son muchos para que los políticos a los que estás dando de comer no te hagan caso. Los vecinos del barrio del Pevidal no son hijos de ningún Dios, si no contribuyentes de Carreño. Con los mismísimos derechos que los que viven, por poner un ejemplo, en la Baragaña o en cualquier sitio chachipiruli de Candás. ¿Os imaginais que además de esos contenedores infernales que nos van a poner encima no tuviésemos ni siquiera por donde ir… pongamos a la carnicería del increíble García?. Yo me río solo de pensar el color que se nos iba a poner en la cara debido a la ira.
¡Politicuchos! el Pevidal existe, igual que Piñeres, si no teneis capacidad para gestionar nuestro municipio ¡¡¡¡DIMITIR!!! y todos pondremos 10 velas a nuestro Cristo.

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Barrio con acceso a ninguna parte
Vecinos del Pevidal, en Candás, llevan 16 años demandando un paso peatonal que evite que «tengamos que jugarnos la vida en un arcén»
Dieciséis años de aislamiento peatonal. La pequeña comunidad del barrio candasín del Pevidal, integrada por nueve viviendas, en la que residen 25 vecinos, llevan toda una vida incomunicados. Su pecado no fue otro que vivir en el extrarradio, en lugar elegido por el azar de las administraciones para construir el nudo de comunicaciones viales y ferroviarias del municipio.
Poco a poco, el pequeño enclave, situado a sólo dos kilómetros del centro urbano de la villa, fue quedando arrinconado. La lucha que mantienen sus moradores no se agota a pesar de haber discurrido ya más de tres lustros desde que comenzó el problema. Ni los responsables de Feve, ni la Dirección General de Carreteras, ni tampoco el Consistorio de Carreño son capaces de dar respuesta a las demandas de estos vecinos.
Los residentes del Pevidal vienen luchando sin tregua en una batalla que se antoja desproporcionada. «Nos jugamos la vida cuando nos desplazarnos a pie hasta el centro de Candás», afirmó una vecina. Todo ello porque para recorrer la distancia que separa la vía de Feve hasta la acera construida en la prolongación de la avenida de Fernández Ladreda, los vecinos tienen que utilizar el arcén de la glorieta de Noval, con el riesgo que ello conlleva. Otra posibilidad es ir a través de la As-110, donde fue habilitado un estrecho camino, que no es otra cosa que un firme de zahorra imposible de transitar a pie en caso de lluvia, indican los vecinos.