¿ES PRIVADA LA CARPA DE LES SARDINES?

Carta enviada por un vecino.

¡Ya les vale a algunos, la mala educación que tienen!. Le recomiendo a este vecino que la próxima vez no suelte la silla. Es más, no haga el más mínimo caso a lo que le digan. Algunos piensan que el pueblo es suyo y se comportan de una manera caciquil. ¡Ya vale, hombre!.

"El día de la sardina a eso de las 7 de la tarde, nos acercamos al prao de San Antonio a merendar unes sardines y tomar algo. Como estaba lloviendo nos acercamos hasta la carpa que se instala en el patio del colegio Poeta Antón. Al entrar, comprobamos que había más o menos medio aforo, puede que tres cuartos, los largueros estaban cubiertos con manteles de todo tipo. En la mayoría de los casos, había sólo 1 ó 2 personas por larguero, pero al preguntar si podía llevar 1 silla (que era para una embarazada) todo el mundo me respondía que no, que estaban todas reservadas. Podía haber tranquilamente 40 ó 50 sillas vacías y en las mesas más de la mitad de espacio para aprovechar. En algunas mesas (las que estaban “reservadas”) había comida que os aseguro que no se vendía en ninguno de los puestos de sardinas instalados por los bares. En un momento dado intenté coger una silla con la intención de que se sentara la chica con un más que evidente embarazo que venía conmigo, justo en el instante en que una mujer (la única persona que estaba sentada en un larguero para 20 o más comensales) saltó de su silla como un puma para que no tocara aquel asiento. Inmediatamente un hombre echó mano a la silla que yo tenía ya entre mis manos y me la arrancó literalmente alegando que cómo tenía la cara de llegar a las 7 y pretender hacerme con una silla, que había que ir a las 5 a coger sitio. Yo rápidamente interpreté que si vas a las 5 coges sitio para la gente que quieras y para todo el tiempo que te de la gana, porque allí la mayoría no había empezado a comer...

No quise seguir con la discusión, así que nos fuimos. Al final, dejó de llover y pudimos comer les sardines en el prao. Si no, nos hubiéramos ido sin hacer ningún tipo de gasto.

La cuestión es: la carpa la monta el ayuntamiento para servicio de los bares participantes o es una carpa privada en la que tú coges sitio y llevas tu comida y bebida a tu antojo...

Si es así, puede que el año que viene vaya a las 5 de la tarde y organice una boda en la carpa, que queda muy guapo...

¡Ah! Por cierto, todos los que me dijeron que las sillas vacías estaban “acutadas” eran de 50 años para arriba, así que no digan de la juventud, que los jóvenes somos bastante más educados y tolerantes.

Un saludo".