Para entonces yo ya no estaré

Ni muchos de los que ahora peinamos canas. Pero estarán los hijos y los nietos de la mayoría de nosotros.
Quizás ese sea el problema. Que quienes dirigen este podrido mundo peinan canas y tampoco estarán. Pero estarán sus hijos y sus nietos. La diferencia entre ellos y nosotros es que a ellos no les importa nada más que el dinero y el poder. Ni siquiera les importan sus hijos y nietos.
Entre todos han arrancado y siguen arrancando la riqueza de este mundo, para su propio beneficio. Pero no lo han hecho como un minero extrae el carbón de una mina, no. Lo han hecho a la tremenda. Bombardeando de contaminación el planeta para extraerla rápido. No quieren que a las generaciones venideras les quede nada detrás con lo que subsistir. No les importa porque ellos ya no estarán.
Habrán pasado por este mundo como ángeles destructores y la historia, si es que nuestros hijos y nietos llegan a tenerla, deberán escribirla así.
Cuando releo la historia de Hitler, a veces pienso que los mandatarios actuales le han superado en maldad con creces. Amparándose en una falsa democracia no solo están arrasando vidas como hizo él. Están arrasando también la posibilidad de vidas futuras destruyendo un planeta en nombre de la democracia.
Que Satán los tenga en su averno por siempre jamás.
Publicado por Antón

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