Por supuesto que nadie quiere que cierren las empresas asturianas, repite uno una vez más. Pero para centrar un poco más el debate:
¿Es normal que una población como la de Carrió vaya a ser desalojada porque las condiciones medioambientales presentes y futuras hacen ya insostenible el desarrollo de la vida humana en la zona?
Estos desalojos y realojos de población ocurrían en la Rusia de Stalin, no en los países de la Europa en que vivimos.
Creo que no es difícil entender por qué Stalin podía mover a la población a su antojo, y en la Europa democrática no lo es.
Para evitar una Asturias en la que sucedan transformaciones humanas, paisajísticas y geográficas semejantes a las de la Rusia de Stalin, seguimos apoyando la lucha ciudadana.
No a una Asturias staliniana.
Si a la industria próspera, armonizada con la población y respetuosa con las normativas medioambientales (que además permiten a la industria ganar en competitividad); sí al desarrollo de nuestros recursos agropecuarios y pesqueros; si a la inversión en inteligencia y en industrias competitivas; sí al desarrollo de nuestra capacidad de servicios, al desarrollo de nuestras inmensas posibilidades en el sector turismo; sí al desarrollo de nuestra identidad.
No a la basura, no a la dilapidación de nuestra naturaleza, nuestro paisaje y nuestro ser en beneficio de 2 únicos parámetros industriales (encabezados por industriales que coagulan la acción de gobierno) QUE NO GENERAN RIQUEZA PARA TODOS...
¿Es normal que una población como la de Carrió vaya a ser desalojada porque las condiciones medioambientales presentes y futuras hacen ya insostenible el desarrollo de la vida humana en la zona?
Estos desalojos y realojos de población ocurrían en la Rusia de Stalin, no en los países de la Europa en que vivimos.
Creo que no es difícil entender por qué Stalin podía mover a la población a su antojo, y en la Europa democrática no lo es.
Para evitar una Asturias en la que sucedan transformaciones humanas, paisajísticas y geográficas semejantes a las de la Rusia de Stalin, seguimos apoyando la lucha ciudadana.
No a una Asturias staliniana.
Si a la industria próspera, armonizada con la población y respetuosa con las normativas medioambientales (que además permiten a la industria ganar en competitividad); sí al desarrollo de nuestros recursos agropecuarios y pesqueros; si a la inversión en inteligencia y en industrias competitivas; sí al desarrollo de nuestra capacidad de servicios, al desarrollo de nuestras inmensas posibilidades en el sector turismo; sí al desarrollo de nuestra identidad.
No a la basura, no a la dilapidación de nuestra naturaleza, nuestro paisaje y nuestro ser en beneficio de 2 únicos parámetros industriales (encabezados por industriales que coagulan la acción de gobierno) QUE NO GENERAN RIQUEZA PARA TODOS...
Efectivamente, el divergente gobierno de Carreño es Staliniano, revolucionario, golpista y estadista. Me explico, de todos es sabido que en este Ayuntamiento, gobiernan adeptos a este histórico dictador, pero también no es menos cierto que, tienen el apoyo de dos aspirantes dirigidos desde la sombra por un bolchevique ya en el ocaso, un seguidor encubierta de la afortunadamente extinta Fuerza Nueva y por último unos conservadores rumbo a la deriva, inertes. ¡Hay gaviota! Pues bien, este equipo, integrado por Stalinistas, revolucionarios, comparsas y estadistas, son a los que les trae al pairo el desmantelamiento de Carrió, a los que les da igual lo que piensen los ciudadanos de Perlora, y los que en definitiva apoyan la instalación de un regasificadora para contribuir a seguir contaminando ese bien cada vez mas escaso litoral de Carreño.
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