PARA MIS AMIGOS ANONIMOS…(como yo)

Parece que últimamente toco demasiado los cojones.
Me dicen algunos que debo de ser más agresivo y cambiar de tono. Ser más directo, dicen otros. Que soy insufrible y que aburro en cantidad, escriben los cabreados. Y los más, que nunca digo nada en mis “artículos”. Todo esto, y muchas cosas más, es lo que algunos decís en vuestros anónimos, y si algún día tenéis huevos de plasmar lo que realmente pensáis dando rienda suelta a vuestros ocultos instintos de rabia humana, entonces, estaréis dándome la oportunidad de ser todo eso que decís que no soy, y más. Que yo sepa, existen muchas formas para expresarse. Y sin querer dar lecciones a nadie, pues no me tengo por un maestro del teclado, y como dijo alguno soy el más capullo de los capullos, me gustaría poner un ejemplo:
Se pueden hacer y decir las cosas como Marcial la Fuente Estefanía, agresivamente, a tiro limpio, y cargándote a siete pistoleros con cinco balas. Como Quevedo, con ironía, para que el personal que anda flojo de lenguas vivas, no se entere de la fiesta. Como Juan Ramón Jiménez, con delicadeza, con sutileza, aunque corras el riesgo de ciertos adjetivos del personal más rebuznante. Yo, que ni por el forro puedo compararme a ninguno de los tres, por eso me explico de la única forma que se hacerlo. La mía.
A demás no quiero, no me sale de los güevos cambiar de tono, y ser más agresivo, o menos insufrible y aburrido, me siento a gusto diciendo las cosas a mi manera, sin tener que utilizar la frivolidad inculta camuflada en soeces pendencias.
No debiera picarme por estos comentarios, al contrario, pero no estoy dispuesto a que, algunos cantamañanas mal intencionados, confundan al resto del personal, con manifestaciones derivadas de su falta de capacidad interpretativa. Si ahora por ejemplo, me acorase de alguno de sus familiares directos, seguro, que lo interpretarían perfectamente y además de agresivo, sería un hijo de puta.
Prueba de lo que digo es que, algunos ignorantes jilipollas me tildan de machista por mí último comentario, pude ser cualquier cosa menos eso, así que, me imagino a estos discípulos de Francisco Umbral (con todos mis respetos para el) mordiéndose la lengua buscando desesperados la siguiente tecla con su correspondiente letra para escribir la palabra machista.
Me anima ver, como algunos aburridos carentes de ilusión, leen estas cosas tan insufribles y aberrantes que digo Tienen que estar rematadamente desesperados, pero soy feliz, alegrándoles la vida aunque solo sea por unos instantes.
Tienes razón amigo anónimo tu comentario fue el culpable de que, me mirase al ombligo y pensase si debiera cambiar de tono y ser mas agresivo, ser mas directo, menos aburrido, pero entonces llegué a la conclusión, que dejaría de ser yo.
No son “artículos” ni pretendo que lo sean, simplemente son “comentarios” anónimos como otros muchos, entre ellos los vuestros, la única deferencia es, que a pesar de que los míos no dicen nada, parece que si causan mucho revuelo, por lo menos, para algún energúmeno que pretende que la educación se convierta en agresividad, que el tono esté siempre fuera de sitio, y que lo insufrible y aburrido sea su placentera y frustrada incapacidad de análisis.
Me gusta el tono jocoso de Quevedo, y la sensiblería de Juan Ramón Jiménez por eso digo las cosas así, sencillamente con un par…de cojones.
Enrique González un vecino de Carreño