HALLOWEEN O LOS DIFUNTOS

Creo que todos conocéis mis inclinaciones religiosas pues nunca las he ocultado, y siempre he sido muy crítico con todas la confesiones, sobre todo con la que más cerca nos toca es decir, la Iglesia Católica, por eso, no he podido resistir la tentación de decir algo de lo que pienso. Pues bien, después de leer la última payasada de la Iglesia de Roma, sobre las cenizas de la incineración, que según parece es “contrario a la Fe cristiana,” he tenido la sensación de encontrarme en otra época.

Poco a poco, el poder de la Iglesia se va diluyendo en la misma proporción, que sus ministros nos civilizan con sus chorradas cada vez más irracionales, carentes de rigor y sentido común. En cualquiera de los casos, prefiero este tipo de bobadas que no a las que últimamente aparecen en las redes sociales y medios de comunicación, que nos hablan de pederastia, de pisos y palacios de lujo, de adueñarse de templos, de casas rectorales, viviendas, olivares, viñedos, atrios, solares o todo aquello que su avaricia insaciable pille por delante. Creo que algunos de sus diez mandamientos por no decir todos, no se han hecho para que ellos los cumplan.

Intento entender porque esta aptitud. ¿Será acaso que temen el auge que últimamente está teniendo la pagana fiesta de Halloween? Si disminuyen los muertos en los cementerios menguan los rezos y las plegarias, y ello supone perder poder, perder prestigio, perder dinero, cosas que hasta ahora conservan fácilmente pues les bastan unas frases hechas, y cuatro palabras huecas.

También en posible que no quieran darle mucho trabajo a dios, cuando el día de la resurrección de los muertos, el día del juicio final y la vida eterna, tenga que poner manos a la obra para recoger unir y pegar, millones de cenizas y así recomponer los cuerpos. Si ya se, es dios y todo lo puede, menos mal. (Romanos 8,11 Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales…) Mis queridos y fervientes admiradores católicos convencidos, ya tenéis un motivo para descargar vuestras iras contra un blasfemo. No me importa, yo Halloween

Lo que sí parece ser una realidad es que, para muchos fieles por muy creyentes que sean les es difícil entender, que aparte de ser los dueños de sus almas mientras viven, pretendan ser los dueños de sus cuerpos cuando fallecen. Lo dicho insaciables.

Creo que esta iglesia, últimamente, está dando tantos palos de ciego, que en muchos casos atenta contra la razón y el sentido común de las personas. No les conviene admitir que estamos en el siglo XXI

Enrique Gonzalez