UN CARREÑENSE CON DOS COJONES

(Publicado en otro medio. Ramón García es un carreñense que lleva muchos años viviendo en un país de Centro Europa. Un carreñense que recorre miles de kilómetros cada vez que hay una manifestación por las barbaridades que quieren cometer con su concejo. Ramón García es un carreñense con dos cojones bien puestos y un corazón que no le cabe en el pecho).
Moderadora

No sé si una simple pregunta bastará para agotar el tema de los sobrescostes del Musel; es fácil imaginar las fintas con las que se esquivará esa pregunta.

El informe de la DG de Política Regional señala al menos cuatro casos de flagrante ilegalidad, violando la directiva europea de contratación pública, que es por la que se rige la contratación pública, también, en España. Harían falta, pues, al menos, cuatro preguntas, más muchas notas a pie de página. Porque la DG de la Comisión implica también, directamente, al gobierno de España en la ocultación de procedimientos ilegales, y refuta todos los argumentos ofrecidos por la Abogacía del Estado para justificar los sobrecostes.

¿Y qué ocurre cuando analizamos la cuestión en un contexto mayor? A los gijoneses que acudieron en el año 2001 a ver la maqueta de la ampliación del superpuerto no se les habló en ningún momento de una regasificadora. Se les habló de que había que aumentar la cancha de frenada de los bulk-carriers, prolongar la terminal de carbón y salvar en lo posible el bajo de Amosucas. Eso fue todo lo que se le dijo a los gijoneses y a los asturianos frente a la vitrina donde se exponía la maqueta, y en el informe de evaluación de impacto ambiental del proyecto. En ningún momento se les habló de una regasificadora. Nunca se les dijo que no había tal amplación: que de lo que se trataba la película era de construir solar para una regasificadora. Sólo en abril de este año, y achuchado porque la UE había descubierto el pastel, Fernando Rexach reconocía al diario El Comercio que de canchas de frenada, etc, nanay: que aquí de lo que se trata es de construir una regasificadora. Es decir, montar un emporio energético que en ningún momento ha sido sometido a la opinión, el debate, la consideración, la evaluación de impacto ambiental, del pueblo asturiano, al que ampara en el derecho a pronunciarse sobre toda cuestión de índole energética el Convenio de Aarhus: un pueblo asturiano al que se le ha metido esto de refilón, con engaños, con mentiras, con prevaricación. ¿Cuántas preguntas harían falta para desanudar todo este ovillo?

En fin, espero que el Fiscal Anticorrupción y el Fiscal de Medio Ambiente hagan todas las preguntas pertinentes: no una ni dos. Hay muchas. Y para ello, este particular, Ramón García, aprovecha para comunicar que mañana presento en ambas Fiscalías mi denuncia de los sobrecostes del Musel, en cuya redacción me ha ayudado inestimablemente mi abogada experta en cuestiones medioambientales, y que se basa fundamentalmente en el informe de la Comisión. Es extraño que en una región de un millón de habitantes nadie lo haya hecho. Nos toca a los particulares apencar con las responsabilidades que deberían afrontar los políticos: nos toca a los particulares llevar sobre nuestros hombros la irresponsabilidad de quienes han sido elegidos para gestionar el bien público, no para mancillarlo y pisotearlo.

Mañana, lunes, los sobrecostos del Musel estarán en el registro de Fiscalía Anticorrupción. Por la tarde será el momento, quizá, de ampliar un poco más las razones que me han llevado a tomar la decisión de presentar mi denuncia.

Ramón García.