lunes, 20 de febrero de 2017

Un hábito cojonudo

A mi vuelta de León me encuentro con esta noticia que ha puesto la mode: Sacerdote sorprendido en club nocturno: “Peco y luego me confieso”.
Es algo innegable que los curas, además de serlo son personas y por tanto, en mayor o menor medida con las mismas inclinaciones hacia el sexo que cualquiera de  nosotros, y como la Santa Madre Iglesia preveía que el cumplimiento del sexto mandamiento sería muy difícil, y que, por goleada nosotros lo pasaríamos por el forro incluyendo a santos papas, obispos, fraile, curas, monjas y hasta el “sursun corda”  muy lista ella, y para no jodernos con tantas prohibiciones, decretó que los apóstoles y sus sucesores tenían poder para perdonar los pecados en nombre de dios  -Evangelio de san Juan “a quienes perdonéis los pecados les serán …- lo cojonudo del caso, y lo que hace gracia en esta historia real como la vida misma, es que un putero recalcitrante se dedique a perdonarnos si alguna vez nos da por ir de putas. Sería cojonudo encontrarle en algún club nocturno que visitásemos después de una noche de parranda, pues además de la cogorza al ir a dormir también llevaríamos la conciencia tranquila, si le hubiésemos pedido que nos confesase y nos diese la absolución por nuestro pecado, si es que para algunos una canita al aire, o sea, un buen polvo, es un pecado 
Pero no tiene gracia, y mucho menos, cuando el tío chantajea a la clientela amenazándoles, si se meten con él, de chivarse a sus esposas o a sus novias, por lo cual los acojonados tarambanas y viciosos mujeriegos por si acaso: ¡Tienen que invitarle a las copas, no te jode el mandarria  este! 
“Peco y luego me confieso y no pasa nada” y tiene razón. Solo deja en evidencia lo absurdo, lo irracional y lo incomprensible del sacramento de la confesión, pues es una de las herramientas de manipulación mejor creadas para ejercer el control sobre las masas en pos de los intereses eclesiásticos, sobre todo los económicos pues parece ser, que dios necesita constante y urgentemente nuestras donaciones, que diferencia con este angelito que solo quiere 500 € para ir de putas, por lo menos es sincero, otros lo hacen  más refinadamente y con cantidades infinitamente mayores y no necesitan su club nocturno para eso tienen un confesionario o un ático gratis con todas las comodidades ¿Verdad “monsignor” Varela?. Me cisco en el secreto de confesión. ¡La información es poder amigos míos!. ¡No lo olvidéis!
Que un cura “en un puticlub se sienta como en casa” es algo que se sale de los cánones más conservadores, pero a lo mejor, es que nació allí y él lo ignora en cualquier caso “la cabra tira al monte” y lo cierto es que este cabrito es muy listo, y sabe como ligarse a las chicas, ¡Lleva los hábitos puestos!  Y a continuación la curiosidad debilidad femenina hace el resto.
Este buen cura sabe que el pecado mortal hace perder el estado de gracia, la vida eterna y la sobrenatural, pero no le importa, lo cambia por unos cuantos momentos de extasiada  felicidad terrenal. Reconozco que tiene que ser la hostia estar terminando la faena y todavía tener voluntad para balbucear… “ego te absolvo a pecccatis  ...
Este santo varón lo tiene todo estudiado, y por si un día le falla la recaudación de los cepillos, y no llega a los 500 € entonces hará trabajar a una de sus “alemanitas” mientras cómodamente desde el sofá visiona una cinta pornográfica o un video porno en internet.
No hace falta que diga una vez más que soy ateo, pero para ese amigo mío que me pone a parir porque siempre me meto con la religión, la iglesia y los curas le digo… ¡Tranqui! mañana me voy a confesar, ¡total no pasa nada!.
Enrique González

2 comentarios:

  1. Magistral como siempre Don Enrique. Estos sotanillas como los politicos ya no engañan a nadie. Pero estos encima alardean de ir con putas. Bueno, los otros también jejejejejeje

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  2. Es cierto Enrique no hace falta que guarden el secreto de confesión para saber de que pie cojea cada un/a luego a la hora de tomar decisiones tienen en cuenta nuestros pecados ¡jejejeje es para ellos como una partida de Ajedrez conocen por donde falla el adversario por eso les resulta fácil ganar en este caso tener poder.
    Cuando era niño mis padres como a otros muchos me obligaban a ir a misa confesar y comulgar Ahora soy mayor y me encanta mandarles a tomar por el culo desde mi OBLIGADA primera comunión mis pies no pisaron mas una iglesia. Su comentario me encanta

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