Preparando la comedia

Se terminó la primera parte de la comedia. Dentro de unos meses comenzará el segundo capitulo, como preámbulo para la preparación del acto final. Y luego, por fin, los ciudadanos tendremos un pequeño respiro, sin dejar de librarnos del todo de los insufribles días de campañas electorales.
Los actores de este estreno, allá por las lejanas tierras catalanas, han cumplido con el papel que representaban, y después de haber interpretado su comedia, unos más sonrientes que otros, comienzan a analizar los resultados de su actuación, y ya se sabe, todos ganan, nadie pierde nunca, (ni siquiera el PSC) lo cual nos deja a los ciudadanos con cara de tontos pensando qué coño representa ese papelito que metemos en una transparente urna.
Hago mención a las elecciones catalanas, simplemente porque les tocó a ellos, pero bien podría aplicarse a todo el estado, pues cada cuatro años más o menos, la obra se representa en todo el territorio español.
Y me reafirmo en que es un magnifico acto democrático que nunca debemos de perder. Prefiero mil veces ser parte de esta obra con todos sus defectos, pero con plena libertad, que no forzado por férreas y viejas disciplinas que todavía recordamos los mayores, y que los más jóvenes, han tenido la suerte de conocer a través de los libros.
Luego, a la salida del teatro, comienza realmente la función, donde nosotros los sufridos oyentes comenzamos a ser parte indisoluble de la trama del libreto que los actores interpretaron.
Los políticos se convierten en espectadores y los ciudadanos en actores, pues nos dejan la tarea de seguir la representación de esta función, hasta que comience a subir el telón en un nuevo escenario.
-¡¡Y no nos lo ponen fácil los condenados!! Pues nos queda nada más, y nada menos, que la complicada labor de no traspasar nunca, la fina línea que separa, el odio de la estima, el rencor de la benevolencia, y el raciocinio de la sinrazón, y todos sabemos lo frágiles que suelen ser estos conceptos cuando quienes los manejamos somos los humanos.
Pronto, sin casi darnos cuenta tendremos otra oportunidad para expresar nuestras pasiones y nuestras emociones las cuales se reflejarán aquí en este (tengo que ponerlo) magnifico blog, donde bajo un seudónimo, o un nombre real, nuestros juicios ya sean de un lumbreras o de un cretino, de un resentido o de un considerado, serán tan válidas, los unos como los otros.
Yo por si acaso lo tomaré con calma, ya que analizando algunos de los últimos comentarios en el blog, algunos ya están a punto de traspasar la frontera, y ya se sabe, son los primeros en pegarse el batacazo. No quiero cometer el mismo error y os juro, que he mordido las teclas antes de dejar libres a mis dedos.
Enrique González un vecino de Carreño