Hoy, me olvidaré de mis criticas desaforadas y enfermizas, según algunos/as, y me recrearé en aquellos lejanos momentos de mi niñez, que nunca he olvidado porque hora en este momento, vuelven acompañados por una maravillosa música, que generosamente nos regala a todos esta página. Magnifico vídeo. Felicitaciones a todos los que habéis tenido algo que ver con el.
He recostado mi espalda contra el frío cuero del sillón, he cerrado los ojos, y he dejado que huyeran de mí las imágenes que no deseaba ver en este momento. Me detuve en otras, las que me llevaron hasta aquella estrecha carretera, bordeada a un lado por un alto y empinado monte y al otro, por una playa que moría contra el frío hormigón del muelle y la fábrica de Herrero.
He escuchado, no solo a ese grupo de Candasinos, que cantan en el vídeo, también oigo a todo un pueblo que siempre canta. He recordado, he sentido los nostálgicos murmullos de las mujeres que en la húmeda oscuridad de las fábricas preparaban con sus manos desnudas, las casi palpitantes carnes, convirtiéndolas en deliciosos manjares. He visto a mi madre, joven, alegre, pobre, como todas, pero llenas de vida, de jubilo, de satisfacción “Candasina si es que tienes sentimiento, corazón…..”. Lo tenían vaya si lo tenían. Y lo tienen.
La fotografía de esa gaviota a punto de echarse a volar, me recordó a muchas otras, que vocingleras sobrevolaban la dársena, cuando en ella “apostábamos” en interminables partidos de fútbol, La Cuesta contra el Muelle, Santolaya contra el Rincón, horas y horas, hasta que la marea nos decía que se acabó, y con nuestros pies desnudos, rojos por el roce da arena pegada a la pelota, algunos nos calzábamos las zapatillas alegres, otros no tanto, y a voces, competíamos con las gaviotas para retarnos al día siguiente. Cuantos amigos, cuantos compañeros inseparables. El tiempo es cruel.
Mentiría si no dijese que escuchar como canta Candás no emociona, sobre todo cuando desde la lejanía del tiempo recordamos que: posiblemente “cualquier tiempo pasado fue mejor” y hoy, solo quiero seguir con nostalgia siendo ese niño candasin, ese joven candasin, ese hombre candasin, que además presume de ser candasin, y por ello no me siento con ganas de de amargar mis sentimientos y antes de comenzar a dejarme llevar demasiado por la añoranza. Cierro desde aquí, porqué “Candas tiene tres cosas que añoro con toda el alma………”
Felices fiestas candasinos
Enrique González Un vecino de Carreño
Enrique me ha encantado comprobar que hasta los que somos pelín tocanarices también tenemos nuestro corazoncito.
ResponderEliminar¡Cómo me gusta leer estas cosas!.
Ahora creo que les habrá quedado claro que tú no eres yo o al revés.
Nunca hubiera podido contar lo que tú cuentas, puesto que siendo y viviendo en Bilbao... difícil.
que bonitas palabras y sentimientos... se me han puesto los pelos de punta el leerte y recordar...
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