UNA DE MONUMENTOS

En casi todos los lugares existen personajes ávidos de un protagonismo tan sobrecargado, que el simple hecho de escuchar como pronuncian sus nombres o apodos en una conversación, por ejemplo, en un bar, o en una tertulia del muelle, o también fumando un “Ducados” comentando cual será el futuro del pedrero del Conexal, pues bien, esta simpleza les arrastra a ser de inmediato los actores de la comedia.

En la parroquia de Perlora existe uno de estos raros especimenes al que gustosamente le dedico estas citas que encontré en uno de mis libros, y que le vienen, que “ni pintadas”: “La obsesión por salir del anonimato y lograr protagonismo es un claro síntoma del complejo de inferioridad”. Esto lo escribe un tal José Luís Rodríguez, y a su lado Pablo Hernández sentencio: “La necesidad de protagonismo es una concesión a la vanidad”. No tengo ni zorra idea de cuál es la vida y obra de estos “dramaturgos” autores de estas frases pero sus “profundos pensamientos filosóficos” me quedan clavados al aplicárselos al perlorin en cuestión ¡Y digo! Más culpables que el protagonista, son sus aduladores, y en mayor medida aquellos, que lo hacen buscando intereses bastardos. Claro que os preguntareis ¿A qué coño viene esto?. Os lo explico.

Tenemos una parroquia, Perlora. Un protagonista, un renacido escultor frustrado preocupado, porque últimamente en muy pocas reuniones su nombre salía a la palestra, para evitar problemas algunas de sus iníciales pueden ser L.T o también M.T. En esta historia tenemos un tercer sujeto, el lisonjero servil y Fiel Ayuntamiento de Carreño, también Muy Leal pero solo para sus intereses políticos.

Este frustrado diseñador de monolitos, este artista contemporáneo de placas de hojalata, que plantea la construcción de un monumento -con luces y todo- aunque ello signifique cortar un árbol Plátano de sombra (Platanux x Hispánica) la verdadera esfinge, el conserje vivo y mudo, el guardián de risas y llantos de cientos de niños que pasaron por la escuela de Perlora. Este comediante revenido, da rienda suelta a sus necias fantasías, quiere volver a ser el idolatrado Rey del Mambo.

Majadera vanidad, diría yo que busca. Pero he aquí, que sus esperpénticas ideas no caen en saco roto y entra en escena el Ayuntamiento de Carreño. Ese ayuntamiento, que no hace mucho, parece ser que por falta de pasta, dejo sin hacer un sin fin de obras importantes y cruciales para los vecinos. No estoy en contra de la construcción de monolitos, estatuas, figuras, efigies, que preserven la memoria de personas, entidades, o de lo que sea, pero creo, que estas cosas no deben de hacerse tan a la ligera, y que una proposición, aunque venga de un simple ciudadano, debe de ser atendida, pero (otro pero) también como mínimo analizada, estudiada, y por supuesto consensuada con todos aquellos que puedan estar implicados. Reconozco desconocer en profundidad este proyecto, pues parece ser, que por el momento a alguien no le interesa airearlo demasiado.

Pero a priori hago las primeras y necesarias preguntas: ¿Sabe alguna entidad de Perlora algo sobre este proyecto? ¿Están al corriente los vecinos de Perlora o solo los que interesaron a este benefactor popular¿ ¿Cuánto nos costará este evento? ¿Podrán los vecinos opinar? En definitiva ¡¿Qué coño es esto?!.

Lo dejo aquí. Seguro que este tema dará mucho que hablar.

Enrique González