PARA VOMITAR

Para mí la sesión parlamentaria ha sido vomitiva. He contemplado como una manada de corruptos se tiraban los trastos los unos a los otros, pero eso sí,  con  las maletas llenas para irse de vacaciones.

Ni unos ni otros tienen legitimidad para abrir la boca. Rajoy  por el caso Bárcenas.  Rubalcaba por los eres de Andalucía.  Duran Lleida por el caso Palau.  IU por los desmadres de sus incontrolados asaltando supermercados. Roso Conde por las estupideces y aberraciones de personajes de su equipo, y así un largo Etcétera que todos conocemos y que llevamos años sufriendo

Me asquean los medios de comunicación, partidistas  y manipuladores defendiendo a sus amos por eso  no les interesa dejar claro que no ha ganado ni Rubalcaba  ni Rajoy  que los únicos perdedores entre toda esta mierda hemos sido los ciudadanos.

Si alguien esperaba que Rajoy aceptase ser culpable de la corrupción de su partido lo cual significaría su dimisión automática le faltarían dos veranos.

Hemos visto una sesión de parlanchines deshonestos,  intentando desacreditar al contrario para tapar sus miserias internas. Me dan asco. Me gustaría en mi futura papeleta de voto, meter dentro lo que realmente se ganaron a pulso  ¡¡Un puñado de mierda!!.

Después de esta sesión de circo nada ha cambiado en este país, los ciudadanos seguimos lo mismo que antes o quizás peor,  por la frustración.  Las televisiones  haciendo el agosto pues han cubierto semanas de programación, y las peleas de comentaristas y periodistas seguirán hablando hasta la saciedad  de algo que en esta España no tiene solución ¡¡La corrupción!!.

Los políticos se irán de vacaciones a reflexionar sin más preocupación, que seguir engañando a los votantes para mantener sus saraos. Vergonzosa la imagen de España según Rajoy  vergonzosa sí,  pero no para ellos,  sino para los españoles.

Sencillamente me dan asco.  ¡¡ GOBIERNO OPOSICION Y SENADORES DIMISIÓN!! ¡¡A TOMAR POR EL CULO!!.

Viendo esto, los incontables problemas de Candas  y Carreño me parecen una niñería, no obstante tampoco se salvan por su mediocridad.

Enrique González un vecino de Carreño