Mi querido Antón, te acerco un cachito de esos recuerdos que, a veces, se te resisten debido al paso del tiempo y a que no pudiste disfrutar, por culpa del trabajo que te llevó lejos, de tu más que querido Candás.
Me ha encantado leerlo. Me estaría horas escuchando a esta gente mayor que vivió el Candás que a todos nos gustaría vivir en el presente. Un Candás que se fue para no volver. Un Candás luchador, trabajador hasta la extenuación pero con una alegría y serenidad en los rostros de sus gentes, que aún perdura en el rostro de Cipriano Aramendi.
Aramendi, apellido vasco que significa tierra de montaña (Ara = tierra, campo) (Mendi = monte, montaña).
D. Cipriano, usted tiene el privilegio de llevar en su corazón lo que muchos quisiéramos tener en la retina. Pero eso D. Cipriano, nunca será posible. Esa es nuestra tristeza.
Publicado por Moderadora
Volvera, lo bueno volvera pero nos llevara tiempo y salud conseguirlo.
ResponderEliminar!Por el nietin, Anton!