HABÍA UNA VEZ UN CIRCO

Como diría el mas castizo de los Candasinos, este asunto de los polis y el gobierno municipal “ya fiede” y aunque no es la primera vez que comento algo sobre este enfrentamiento, no resisto la tentación de decir lo que pienso, aunque reconozco que esto es como el cuento de nunca acabar.
Es un hecho, que los enfrentamientos cuando se alargan en el tiempo, siempre van a peor, en lugar de acercar sus posturas, y en este momento, esta contienda ya se ha salido de los cauces normales del entendimiento que pueda haber entre personas o instituciones, es decir, la policía local y el consistorio, organismos ambos cuya misión es ponerse al servicio de la sociedad, y de todos los carreñenses.
La obligación de la policía local es protegernos, y la de los políticos hacernos la vida mas fácil, a unos porque les hemos votado y a los otros porque les pagamos sus sueldos, pero viendo esta situación, a parte del asombro que nos causa esta absurda beligerancia, uno, no deja de sentir cierta vergüenza ajena, ante el bochornoso espectáculo que nos están regalando ambas partes.
Pero como todo no pueden ser críticas, algunas veces, los ciudadanos nos vemos en la obligación de analizar los motivos por lo que se ha llegado a un escenario como este, y las consecuencias las conocen perfectamente muchos vecinos, y otros muchos que solo pasaban por aquí, pues las multas las pagaron directamente de sus bolsillos, y todos juntos indirectamente estamos sufriendo un chantaje, que atenta contra nuestra razón, contra nuestros sentidos y nos deja indefensos ante este disparate sin nombre, o llámenlo como quieran.
Creo que han perdido el sentido común y la dignidad que sus responsabilidades públicas les exigen, enzarzándose en una barriobajera pelea, en la cual, lo único que importa es ver quien consigue menoscabar más y mejor la honestidad del contrincante, dejándonos a los vecinos con la sensación de estar viviendo una película ambientada en los suburbios callejeros.
Ya no se trata de quién es la razón, ¿De la policía? ¿Del ayuntamiento? Que importancia puede tener, cuando el espectáculo ya está servido.
Es un hecho evidente que el alcalde, hace tiempo que debió de poner fin a este conflicto pero, tal parece, que las opiniones de la Concejala de Seguridad Ciudadana y su grupo mediático, son quienes manejan los destinos de esta corporación débil y desmembrada, sin un sentido claro de la tarea que los ciudadanos les encargamos con las urnas.
Se cerrará el telón de este circo, para bochorno de todos nosotros ante los tribunales, y asombrados veremos como los jueces tienen que poner orden en este tremendo desorden.
La concejala de Seguridad Ciudadana, la máxima responsable de este conflicto por su cerrazón y manifiesto autoritarismo hace ya tiempo tenía que haber dimitido. Los representantes de la policía local, deberían de haber sido menos intransigentes y más valientes en sus negociaciones, dejando aparte sus rencillas.
Y este alcalde que abre conflictos allí por donde pasa, que no es capaz de controlar su grupo, que por su falta de personalidad es manejado por una caterva de mal llamados socialistas, a los cuales lo único que les importa es su política de intereses personales, así que, ya va siendo hora que se entere, que se necesitan muchas cosas que no tiene, para ser alcalde de verdad.
Se perfectamente qué decirle, que por dignidad tendría también que haber dimitido, sería una tontería, por eso no voy a hacerlo.
Enrique González, un vecino de Carreño